Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de mayo, 2012

¿A dónde vamos?

De porte regio y mirada de mando, pero inquieto hasta donde su responsabilidad de jefe y guardián le permitieron. Su primer derroche de afecto fue aceptarnos en sus dominios y tomarnos de hermanos. Que no nos viera asechados por soledad, nunca lo vi dudar en espantarla. Jamás le oí tampoco soltar una palabra, pero ese silencio le dejaba espacio a la sorpresa de cuando iba caminando y de pronto aparecía detrás de mí, siguiéndome, sin preguntar “¿a dónde vamos?”, resguardándome los pasos; ni tan cerca para no estorbar, ni tan lejos para no dejar de sentirnos acompañados. De ser invasores, nos convertimos en su religión, en su dedicación y su familia. Nuestra alegría la tomó por gloria, por naturaleza, con el impulso que le provocaba esa sangre noble que fácil se notaba en sus ojos mansos. ¡Y qué alegrías! ¡Y cuánta gloria! Debes saber, querido amigo, que es difícil ser hombre; que tiene uno que llorar la propia arrogancia para tocar la sumisión y la fidelidad de las que tú te sentaba